Como un tomate rosado, quisiera estar un poquito más loca
Pero sólo lo suficiente como para poder decir lo que pienso
No quiero ser juzgada por pajarracos de narices ganchudas
Ni por los bufones de la corte o los esqueletos del closet.

En el estrado declara la princesa árbol,
Ya no quiere ser un árbol, de hecho
Ya no quiere ser un coño...

Como un tomate mediocre, rosado
Sin fuerzas ni ganas de ser rojo
Como a mitad de camino,
Como a mitad de pasado
Me llevan hoy enfundada en una ropa de oprobio.